Todo sobre el siglo XXI

 

La primera vez que vi Nijuman no Borei (200000 fantasmas), y luego, cuando la repetí, uno o dos años más tarde, el momento decisivo, el punto de quiebre, me tomó por sorpresa hasta el punto del sobresalto, incluso de una momentánea paralización. Desde luego, ese instante puede hacerse previsible para quien aprecie los primeros minutos, por lo que sabemos que fue Hiroshima, por lo que le sucedió, pero robado por la extraña cualidad hipnótica del concepto, por la idea formal y la delicada elaboración del filme, uno fácilmente se olvida, hasta que aquello sucede… Y la historia, pues de una historia se trata, continúa.

Jean Gabriel Périot es un artista que con material documental fotográfico y cinematográfico, actual o del pasado, ha conseguido piezas de arte memorables, en la mejor tradición del arte contemporáneo: desestabilizadoras, y además participar en ese movimiento que el teórico Josep María Cátala llama “la expansión del documental”, una onda capaz de transformar nuestra visión del mundo (para una información extensa sobre el concepto, recomendamos ver clase magistral en la Universidad Autónoma de Barcelona).

En especial, de Périot me impactan sus filmes de la Segunda Guerra Mundial, que cuestionan sentimientos asimilados muy en el fondo de cada quien en torno de esa conflagración. Las ideas comunes sobre vencidos y triunfadores, relacionadas con un mal absoluto y una liberación indispensable, dejan de ser tan claras en estas películas. 200.000 fantasmas, al final, gira sobre sus inicios, se aparta de la imagen central para dar entidad a unas lámparas flotantes que tal vez no significan, pero sí parecen evocar justo a seres como la familia de la foto final, seres que vivieron ese otro “holocausto aliado”.

Por su parte, Aunque hubiera sido una criminal… (Eût-elle été criminelle…, Périot, 2006) revela la típica y acaso ineludible, pero en cualquier caso repugnante conducta del vencedor, sea nazi, “aliado” (amigo, contrincante), miembro liberado de una “resistencia” o, incluso, ciudadano justo y  legal. Las chicas que una comunidad francesa pone en picota pública fueron amantes de oficiales nazis, son traidoras de su pueblo, pero la mirada de Périot, de nuevo desplazada sutilmente del centro, nos revela no solo que no merecen tal escarnio, sino una actitud de veras abyecta en sus castigadores.

Lo que pasa “en el borde de las imágenes” es uno de los descubrimientos de otro documentalista que ha anchado los límites de este género, otrora informativo y hoy pleno de alusiones mentales y sensoriales: Harun Farocki. Las cintas de Périot sobre la Segunda Guerra Mundial recogen ese método y así comentan el asunto de sus imágenes en una oposición del todo intranquilizante por cuanto nos implica con su objeto, al modo en que hace con nuestra virulenta realidad el caleño Óscar Campo, de quien ofrecemos y recomendamos su último documental: Cuerpos frágiles (2010)

 

Por Santiago Andrés Gómez
17 noviembre 2013
Sablazo critica cultural
http://sablazo.com/todo-sobre-el-siglo-xxi/